Interés General
La mujer que fabricó su propia ropa para escalar montañas y fue la primera argentina en hacer cumbre en el Aconcagua

Nelly Noller tenía 21 años cuando el 16 de enero de 1952 llegó a la cumbre más alta de América y de todo el hemisferio occidental, sin saber que era la primera argentina en escalar los 6962 metros del Aconcagua. A pesar de los fuertes embates del viento y de los 22 grados bajo cero de temperatura que marcaba el termómetro, era una tarde cristalina, sin nubes, y entre el delicado aire de altura se llegaba a ver, en el horizonte, el Océano Pacífico. Recién cuando bajaron hasta Plaza de Mulas, el campamento base del cerro, una periodista le hizo saber que había sido la primera mujer argentina en llegar a la cumbre.
La hazaña no era menor, y los antecedentes de mujeres en esa montaña eran poco alentadores: la primera mujer en lograr el ascenso había sido la francesa Adriana Bance, quien llegó a la cumbre el 7 de marzo de 1940 junto con su novio, un experto escalador alemán llamado Juan Jorge Link. La pareja murió cuatro años más tarde, en un nuevo intento de escalar los casi siete mil metros del Aconcagua.
La segunda mujer fue la española María Franca Canals Frau en 1947, con 22 años, que falleció durante el camino de vuelta, en brazos de su novio, José Colli, quien había sido concesionario del refugio San Antonio, Vallecitos, el centro de recreación más antiguo de la provincia de Mendoza, ubicado a unos 79 kilómetros de la capital provincial. La tercera fue la suiza Doris Marmillod, el 18 de febrero de 1948, cuando tenía 34 años. Doris sí pudo volver a la base.
Nelly no solo llegó a la cima en 1952, sino que volvió a subir al cerro más alto del continente tres años más tarde, en 1955. Pero esa segunda vez era tarde cuando alcanzaron la cumbre, y no pudieron disfrutar de las vistas. La imagen que atesora en su memoria, 68 años más tarde y con casi noventa de edad, es la del cielo azul, limpio sobre miles de picos congelados, y el Océano Pacífico de fondo. Eran tiempos en el que el montañismo no contaba con equipos sofisticados, ropa diseñada para moverse en las alturas, bolsas de dormir térmicas y no se usaban tubos de oxígeno como sustento. “Ahora tienen de todo, es un paseo ir al Aconcagua, si vamos a decir así”, dice entre risas Nelly, con los ojos negros encendidos por el recuerdo, desde Toronto, Canadá, donde vive desde 1988.
Nelly nació en Buenos Aires el 24 de septiembre de 1930. Sus padres, Julio Noller y Emma Luithardt, eran alemanes, de la región de Baviera, y por ese motivo ella fue a la escuela alemana Deutsche Schule de Villa Ballester, una institución fundada en 1922 y que todavía funciona en el municipio bonaerense de General San Martín. Los Noller también tuvieron un hijo varón, llamado Edmundo. Los cuatro se mudaron luego a Tigre, cuando a Julio le dieron la concesión del Club Náutico Gaviota. Vivían en el Delta, sobre el río Luján, cerca del lugar en donde se encontraba el club, que sigue existiendo en la primera sección del Delta tigrense. Cuando Nelly tenía 18 años, en 1948, su padre recibió otra oferta, esta vez para encargarse de la concesión del restaurante del Club Mendoza de Regatas, en la provincia cuyana. Los Noller decidieron mudarse.
Cuando llegó a Mendoza, Nelly vio las montañas por primera vez en su vida; nunca había salido de Buenos Aires. “Como nos quedamos a vivir en el club Mendoza de Regatas, ahí me hice de gente conocida y, por medio de otros conocidos de ellos, conocí un club en el que se dedicaban a las excursiones de andinismo”, recuerda. Se trataba del ya desaparecido Sport Club Boulogne Sur Mer, en donde Nelly empezó a practicar remo, a participar de excursiones y caminatas organizadas en la institución, y a visitar los más remotos refugios de montaña. El club había sido fundado por los hermanos Rolando y Rodolfo Mikkan. El primero, Rolando, se convertiría en compañero de aventuras de Nelly, y, algunos años más tarde, en su esposo.
Al poco tiempo de haber llegado a Mendoza, la joven se sumó al grupo de montañistas que empezaba a explorar los cerros de la precordillera. “Era un grupo muy entusiasta, la mayoría varones. Había mucha camaradería y una clara voluntad por ir superando metas”, contó Nelly al periodista mendocino Miguel Títiro. “Al principio escalábamos cerros bajos, de 2000 o 3000 metros. Hicimos muchas prácticas durante un año y cada vez íbamos a cerros más altos. Hicimos primero la precordillera y después la cordillera alta, que son los cerros de 5000 metros para arriba”.
Como desafío previo a encarar el ascenso del Aconcagua, el grupo del que formaba parte Nelly realizó la travesía al cerro El Plata, una montaña de 6100 metros de altura que suele ser utilizada por escaladores y escaladoras para aclimatarse antes de buscar la cumbre más alta de occidente. “Como estábamos bien, no teníamos problemas de altura ni nada, dijimos: ‘Bueno, vamos a intentar ir al Aconcagua’”, recuerda.
Los preparativos para el gran ascenso fueron muy distintos a como pueden ser hoy. Además del entrenamiento, Nelly y sus compañeros debieron fabricarse gran parte de su ropa: “En esa época no había nada. No existían los equipos térmicos que hay ahora, todo lo teníamos que hacer nosotros. Lo único que nos prestó el Ejército, en Puente del Inca, fueron las camperas de plumón de contraviento y los borceguíes. Todo lo demás era casero: dos o tres pares de medias de lana, los mitones (guantes) los hacíamos nosotros, también los pasamontañas. Las bolsas de dormir eran de lana y nos poníamos tres pantalones que no tienen nada que ver con los que se usan ahora. Los calentadores eran muy precarios, a querosene o aeronafta, y a veces no arrancaban”. Además, los trayectos los tenían que hacer a pie, “porque no teníamos plata para pagar mulas, como otros que iban. Son 45 kilómetros que tenés que caminar, cruzando ríos, de todo”. Tampoco usaban oxígeno, “para nada, no precisábamos”, subraya Nelly.
Fueron dos los hombres que acompañaron a Nelly en la aventura. Su amigo Hugo Eduardo Santi, un ex suboficial de Fuerza Aérea, y quien más tarde sería su marido, Rolando Mikkan. Ambos ya murieron. Los tres tenían entonces 21 años. La primera escala del viaje fue Puente del Inca, cerca del límite con Chile, en un valle a casi tres mil metros sobre el nivel del mar, enmarcado entre los cerros Banderita Norte y Banderita Sur. Allí estuvieron diez días para aclimatarse. El siguiente mojón fue Plaza de Mulas, el campamento base del Aconcagua, ubicado en una explanada rocosa a 4250 metros de altura, en donde necesitaron cuatro días de descanso. Como la altitud allí ya es considerable, debieron esperar a aclimatarse, a ver cómo respondía el cuerpo a la escasez de oxígeno. “Como nos sentíamos bien, dijimos: ‘Bueno, vamos para arriba’. Y eso fue lo que hicimos”, rememora Nelly, con la misma determinación que seguramente tuvo aquel día de enero.
Desde Plaza de Mulas tardaron tres días en llegar a la cima. Rolando y Hugo iban a paso firme detrás de Nelly, que marcaba el ritmo. “Me dejaban a mí adelante. Como era mujer, decían que yo tenía que encabezar para ellos seguir mis pasos, porque si iban primero ellos, yo tal vez no los alcanzaba. Entonces ellos, al ritmo mío, me iban siguiendo. Cuando me cansaba, parábamos. Cuando empezás a estar a mucha altura, caminás dos, tres pasos, y parás. Tenés que descansar y tomar aire a cada rato”, precisa. “Lo más complicado fue la trepada a través de la Canaleta (el tramo final antes de acceder a la cúspide), que obliga a un gran desgaste por el suelo pedregoso y porque cada movimiento agobia muchísimo”.
A las cuatro de la tarde del 16 de enero, con una temperatura de 22 grados bajo cero y un viento que solo las montañas más altas conocen, llegaron a la cima. “Gracias a Dios no tuvimos ningún problema; de los tres que llegamos arriba, ninguno sufrió por problemas de salud. Habremos estado una hora en la cumbre. Cambiamos los banderines del cofre que está en la cima, nos sacamos fotos y después emprendimos la vuelta”. La bajada es más rápida, pero no menos peligrosa. La hicieron en dos etapas: en el primer tramo llegaron hasta el Refugio Independencia, a unos 6250 metros de altura, en donde pasaron la noche. A la mañana siguiente retomaron la ruta hasta Plaza de Mulas. Cuando llegaron a la base, la primera en recibir a Nelly, sin ocultar su entusiasmo, fue la fotógrafa entrerriana Ana Rovner de Severino, que la saludó y le dio una noticia inesperada: “Sos la primera argentina que subió al Aconcagua”. “Me emocioné, lógico, pero no pensé en gran cosa ni nada”, dice Nelly, con una humildad que no es impostada. “En ese momento no pensábamos en nada de eso, yo no al menos. Mi ex marido, sí. Él repetía que no había habido ninguna argentina antes que yo en subir, porque de las cuatro que habían subido, dos se murieron al bajar. Así que no sabía que iba a ser la primera”. Anita Severino —como la recuerda Nelly— estaba en la base para intentar lograr la hazaña de llegar a la cima, pero nunca pudo hacerlo. En 1953 publicó el libro Aconcagua, con unas cien fotos en las que retrató “con gran majestuosidad, formaciones de hielo en la zona de Plaza de Mulas que ahora no existen”, tal como lo describió el periodista Títiro. En aquel momento, Nelly no pensó que su ascenso pudiera traer consecuencias, más allá de lo anecdótico. “Después, cuando subimos la segunda vez en 1955, me llamaron para invitarme a Buenos Aires”, recuerda. La invitación venía nada menos que del presidente de la Nación: Juan Domingo Perón.
El segundo ascenso de Kelly, también acompañada por Mikkan, que ya para entonces era su novio, resultó un poco más complicado y alcanzaron la cima muy tarde. Para la bajada eligieron otro trayecto, por la zona conocida como el “gran acarreo”, en donde había un pequeño refugio llamado Antártida, que actualmente está casi destruido. “Caminamos toda la noche porque teníamos luna, hasta llegar a Plaza de Mulas”, cuenta. Fue la última vez que estuvo en el Aconcagua. Por esos días llegó la inesperada invitación de Perón. Nelly ya lo conocía. Había hablado con él dos años atrás, el 1° de marzo de 1953, cuando el presidente viajó a Mendoza para inaugurar la Villa Las Cuevas, un paso fronterizo con Chile en el que se encontraba el Hotel Puente del Inca, a 2720 metros sobre el nivel del mar.
El túnel trasandino había sido trazado en 1910, en una obra que también contempló la construcción de una estación de tren y de viviendas en torno a esta. Cuando el gobierno peronista estatizó los ferrocarriles en 1948, los inmuebles de Las Cuevas quedaron en manos del Estado. Al año siguiente, Perón pasó por aquel sitio y, al ver su deterioro, dio la orden de refaccionar todas las instalaciones, y en el Hotel Puente del Inca puso a funcionar una sede de la Fundación Eva Perón. Un antiguo trabajador del hotel contó que luego del golpe de Estado de 1955, el interventor nombrado por el gobierno del dictador Pedro Eugenio Aramburu “se trasladó a Las Cuevas —flamante villa que formaba parte de su jurisdicción— e hizo sacar de la hostería toda la vajilla y amontonarla en la plaza. Él personalmente con un martillo rompió uno a uno cada plato, cada jarra y cada taza, porque llevaban impreso un escudito con el retrato de María Eva Duarte”.
El segundo encuentro de Nelly con Perón sería en Buenos Aires, cuando el presidente invitó a ella y a su novio Rolando, que ya era su prometido. Perón les ofreció ser su padrino de boda, lo cual aceptaron. El 18 de agosto de 1955 se casaron en Buenos Aires. Nelly todavía conserva el acta de casamiento en la que la elegante letra cursiva dice: “Serán padrinos por ambos contrayentes el Excmo. Sr. Presidente de la Nación Gral. Juan Perón y la señora Ida Móndola de Filippini”. También guarda la foto en blanco y negro, en la que a ella se la ve de pie con un traje claro de saco y pollera larga, el pelo negro y ondulado enmarcando la sobria felicidad que muestra su cara, en medio de su esposo, alto, de bigotes finos y pelo corto, y del otro lado Perón, con su inconfundible sonrisa. “Ellos nos hicieron la fiesta de casamiento y nos mandaron de vacaciones a Mar del Plata”, cuenta Nelly, refiriéndose al gobierno. “Después, desgraciadamente, justo vino la Revolución Libertadora, al otro mes, y nos quedamos sin padrino, sin nada», agrega. El golpe de Estado ocurrió, en efecto, el 16 de septiembre de 1955 y empujó al líder justicialista al exilio. Nelly recuerda a Perón como “un tipo macanudo, muy sencillo”, que “te trataba como un amigo cualquiera, no como un presidente. Nos trató muy bien”.
Nelly siguió escalando, recorriendo montañas y refugios de altura hasta el año 1957, cuando nació su primer hijo, Jorge, quien mucho tiempo después también hizo cumbre en el Aconcagua, el 13 de diciembre de 1983. Su relación con las montañas pasó de la aventura a los paseos familiares: “Íbamos de picnic, hacíamos campamentos y caminatas con los nenes (después de Jorge, tuvieron a Pablo y a Mónica) pero nada más”. Ella continuó trabajando en el Poder Judicial en Mendoza, hasta que en 1978 se separó de su marido —que murió en 2003— y se fue a vivir a Buenos Aires, al barrio de Belgrano, con su hija Mónica. Ya establecida allí, empezó a trabajar en un banco de servicios financieros en la calle Florida. A fines de 1987, con la crisis económica, decidió dejar el país. “Cuando empezaron a cerrar todos los bancos financieros chiquitos, la situación se puso difícil, porque yo tenía más de 50 años y a esa edad conseguir trabajo en Buenos Aires era imposible”, cuenta. El 15 de enero de 1988 volaron hacia Toronto, Canadá, en donde todavía vive, como también su hija y tres de sus nietos. En total, entre Argentina y Canadá, Nelly tiene seis nietos y cinco bisnietos. Visita a su familia en Mendoza regularmente, cada uno o dos años. Muchas mujeres, como lo habían hecho Santi y Mikkan durante el ascenso al Aconcagua, siguieron los pasos de Nelly. Entre ellas se destacaron la médica mendocina María Mackern, quien en 2002 superó la marca de la escalada más rápida al Aconcagua, al completar el recorrido en 17 horas y 30 minutos desde la Ruta 7. También la neuquina Mercedes Sahores, quien el 19 de mayo de 2009, con 34 años, se convirtió en la primera argentina en escalar la montaña más alta del mundo, el Monte Everest, de 8848 metros de altura. Ellas y muchas más, lo sepan o no, continúan el legado de Nelly, y el deseo de llegar a lo más alto.
Fuente: Infobae
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El Eternauta: habrá segunda temporada

Netflix lanzó hoy la adaptación de El Eternauta, la serie basada en la novela gráfica argentina de ciencia ficción de Héctor G. Oesterheld publicada por primera vez en 1957. Hoy, su protagonista, Ricardo Darín, confirmó que habrá segunda temporada.
En detalle.
Ricardo Darín confirmó que habrá una segunda temporada de la serie dado que pretenden contar la historia «de principio a fin». Sin embargo, aún no comenzaron las filmaciones. Por otro lado, el actor argentino se refirió al momento actual que atraviesa la industria cinematográfica nacional y apuntó: «OJalá que los señores que manejan nuestros destinos reflexionen y digan ‘mira que acá la hacemos bien».
Sinopsis.
Una noche de verano en Buenos Aires, una misteriosa nevada mortal acaba con la mayor parte de la población y deja aisladas a miles de personas. Juan Salvo y sus amigos inician una desesperada lucha por la supervivencia. Todo cambia cuando descubren que la tormenta de nieve tóxica es tan solo la primera fuerza de choque de un ejército de otro planeta que está invadiendo la Tierra. La única manera de mantenerse vivos será resistir y luchar juntos. Nadie se salva solo.
El elenco.
Los actores de la serie son: Ricardo Darín, Carla Peterson, César Troncoso, Andrea Pietra, Ariel Staltari, Marcelo Subiotto, Claudio Martínez Bel, Orianna Cárdenas y Mora Fisz.
Fuente: CORTA
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20 años de YouTube: las 10 eras de la plataforma en Argentina

YouTube, la plataforma de videos y streaming más grande y popular del mundo, cumple hoy 20 años y Argentina es un país protagonista de esa historia. Desde 2005 hasta hoy, YouTube pasó de ser un lugar de experimentación para creadores de contenido audiovisual a una plataforma de medios, música y entretenimiento masiva, que convirtió a algunos de esos creadores en estrellas mundiales. En ese camino, YouTube pasó por distintas etapas y atraviesa una incipiente, con dos grandes desafíos: la inteligencia artificial y los dispositivos de realidad virtual.
Por qué importa.
«Analizando estos últimos 20 años hay varios momentos que marcan la historia de YouTube y la formalización de la figura del creador de contenido», explicó Karla Agis, líder de Cultura y Tendencias para Canadá y América Latina de YouTube, en diálogo con Corta. Y puntualizó: «Uno específico es 2007, cuando sale el partner program y por primera vez empieza a diseñarse una forma de monetización sustentable para el creador y la figura profesional que hoy conocemos».
En números
- YouTube tiene cerca de 2.500 millones de usuarios en todo el mundo y unos 114 millones de canales activos.
- Argentina, con más de 30 millones de usuarios (cerca del 70% de la población) es uno de los 5 países de Latinoamérica de mayor consumo, según cifras de la propia plataforma.
- De acuerdo a una encuesta de Ipsos, 9 de cada 10 consumidores argentinos declaran usar Google y/o YouTube diariamente.
- En el mundo se reproducen cerca de mil millones de horas de video por día.
- YouTube Shorts, lanzada en 2021, ya tiene 70 mil millones de visualizaciones diarias.
Profundizá
Las 10 etapas de YouTube Argentina:
1 – Los experimentos (2005-2012)
Los pioneros de YouTube en Argentina subían a la plataforma videos de comedia, ingenio artesanal y producciones de bajo presupuesto. Una de las primeras fue Malena Pichot, que en 2008 subió su ya icónico monólogo La Loca de Mierda, proyecto que la llevó a firmar un contrato con MTV y que la convirtió no solo en una figura pública sino en una referente del movimiento feminista.
Algo similar ocurrió con Marito Baracus, conocido por sus doblajes de otros videos, dibujos animados, noticieros y películas. Y también con creadores como Te lo resumo, Huevocartoon y El Bananero, que con estilos distintos fueron de los primeros «influencers» de la plataforma y cruzaron las fronteras: todavía hoy sus videos se ven en todo el mundo de habla hispana.
2- Virales (2007-presente)
El final de la década del 2000 convirtió a YouTube en tierra fértil para los memes. Algunos de esos videos hoy forman parte del ADN digital del país, como el Tano Pasman, que en 2011 se hizo viral por insultar a los jugadores de River mientras se jugaban el descenso contra Belgrano de Córdoba. El Tano, además de convertirse en una celebridad, tuvo imitadores y replicadores en todo el mundo.
También YouTube comenzó a ser el espacio donde la televisión se convirtió en meme. «Mamá, cortaste toda la loz», de Ricardo Fort, nació de un reality show que salía en simultáneo por internet y la TV. Canales tradicionales como Crónica TV lograron reinventarse también gracias a los recortes en la plataforma: ya no hay que esperar más a los programas de archivo para reírse de esos momentos. Están todos en YouTube y la aparición de los shorts potenció la viralización de esos videos en formato de clips breves.
3- Los creadores de contenido (2010-presente)
A partir de 2010, los creadores de videos evolucionaron: los viejos vlogs pasaron a ser un ecosistema cada vez más diverso de creaciones. Nombres como Kevsho y Mica Suárez son algunos de los marcaron el inicio de una nueva etapa en la plataforma. Sketches, challenges y otros recursos convirtieron a YouTube en un lugar donde ya no solo se consumía entretenimiento sino que se generaba por todos lados.
Y comenzaron a construirse, también, las comunidades. La clave estaba en la cercanía: los famosos ya no estaban en un estudio de TV aislados de la gente, estaban en sus casas hablando directo con sus fans.
Entre los más exitosos del rubro entretenimiento y gaming se encuentra Robleis, que con más de 19 millones de suscriptores se consolidó como uno de los creadores más vistos del país. Sus gameplays, videos reacción y desafíos lo llevaron a convertirse, en 2019, en el primer youtuber argentino en alcanzar los 10 millones de suscriptores.
Más cerca en el tiempo, creadores como Angie Velasco, Bri Domínguez, Luli González y Marti Benza lideran la escena. YouTube ya es, en esta etapa, un semillero de talentos y el espacio de una nueva economía: la de los creadores.
4- Cultura de los fanáticos (2010 – presente)
También desde principios de la década pasada YouTube se empezó a convertir en la plataforma fundamental de la cultura futbolera. No solo con videos, resúmenes de partidos, compactos de futbolistas sino con programas nativos de análisis, como Los Displicentes o Davoo Xeneize, ambos con más de 2 millones de suscriptores y comunidades fieles.
El deporte también encontró un nuevo hogar en YouTube. Algunos periodistas abrieron sus propios canales (el caso de éxito más reciente es el de Flavio Azzaro con AZZ stream), pero el cambio más grande llegó con los propios jugadores, cuando figuras de la Selección Argentina comenzaron a generar contenido. El Kun Agüero (4.38M) se volvió uno de los futbolistas-streamers más populares del mundo, reaccionando a partidos y charlando en vivo con fans. También Nicolás Tagliafico (404K) desde un lado más íntimo y personal, mostró su costado youtuber.
El Mundial de Qatar fue una historia aparte. Además de los goles de Leo Messi, no solo los hinchas sino que hasta algunos de los principales relatores del mundo grabaron sus reacciones. YouTube se llenó de videos virales de hombres, mujeres, niños, abuelas y hasta mascotas que festejaron el campeonato del mundo y la plataforma se transformó en un archivo vivo de un momento histórico.
5. El boom de los challenges (2013)
Los desafíos virales como el Harlem Shake, el Ice Bucket Challenge, el Mannequin Challenge y La Chona Challenge se apoderaron de la plataforma, que los exportó a redes como Twitter (por entonces) e Instagram. Hoy ese lugar lo ocupa TikTok, pero todo comenzó en YouTube.
6. La era del trap (2015 – 2020)
Hubo una etapa de la historia de YouTube Argentina que fue un quiebre definitivo. La aparición de competencias como El Quinto Escalón (2012-2017), Red Bull Batalla y FMS convirtieron a freestylers como WOS, Trueno y Duki en nuevas estrellas, con millones de reproducciones. En paralelo, Bizarrap revolucionó la escena con sus BZRP Music Sessions, que se colocaron en la cima de las tendencias en todo el mundo. En 2019 una youtuber saltó de categoría: María Becerra subió a la plataforma su primer video musical llamado High. Hoy es una de las artistas en español más escuchadas del planeta. «En términos de exportaciones culturales, Argentina ha tenido un rol importantísimo en la generación de nuevo talento musical», remarcó Agis, y agregó: «De Argentina empiezan a surgir nuevos movimientos culturales y nuevos formatos».
7. El boom del streaming (2018-Presente)
En los últimos años, una cultura de streaming en vivo floreció en YouTube Argentina. Muchos de los principales streamers y figuras del gaming del país comenzaron sus carreras subiendo contenido a la plataforma, antes de que «estar en vivo» se convirtiera en un fenómeno. Un ejemplo es Coscu (más de 4.84 millones de suscriptores), considerado el primer gran streamer argentino. Arrancó en 2013 con partidas de League of Legends y vlogs, introdujo frases que se hicieron parte del vocabulario de internet argentino y fundó una comunidad fiel: la Coscu Army. Hoy colabora con deportistas, músicos y marcas. Detrás suyo llegaron nuevas figuras como Spreen (casi 8 millones de suscriptores), hoy uno de los streamers hispanohablantes más vistos del mundo, junto a Momo (1.67M) y Carreraaa (4.6M), que también usaron YouTube como trampolín creativo.
8. Pandemia: un refugio
Durante la pandemia de COVID-19, YouTube fue un lugar al que recurrir para no sentirse aislados. Sirvió para aprender a cuidarse, a cocinar, a entrenar. También sirvió a líderes de todo el mundo como medio de comunicación de sus medidas para prevenir y, luego, para vacunar. También, a organizaciones y artistas para ofrecer métodos alternativos de consumo: conciertos, fiestas online (la Bresh fue pionera), caminatas virtuales, tours virtuales por museos, entre otros. La tendencia ‘conmigo’ rápidamente se convirtió en un fenómeno global donde creadores de todas nacionalidades buscaron conectar con sus audiencias desde casa para propiciar la actividad a través del video. ‘Ejercitate conmigo’, ‘cociná conmigo’ y ‘estudiá conmigo’ son algunos ejemplos que destacaron en YouTube durante la pandemia.
La pandemia también fue el punto de partida de una nueva era para YouTube: la de los canales de streaming de entretenimiento. La aparición de Luzu TV (2.15M suscriptores), que primero fue en formato de videollamada, o la adaptación de programas como Últimos Cartuchos en Vorterix, uno de los primeros medios en utilizar YouTube.
9. Talk Shows y entrevistas (2020 – presente)
Con la llegada de los medios tradicionales al universo digital, YouTube se transformó en el espacio de referencia para los nuevos canales de entretenimiento. A Luzu se le sumó Olga (1.55M suscriptores), que en apenas un año se instaló como el más visto, y aparecieron otros como El Destape TV, Gelatina, La Casa, Bondi y, más cerca en el tiempo, Blender, Carajo y C+, el canal de Cenital. Todos tienen programación en vivo y algunos inclusive comenzaron a explorar formatos de ficción. En 2023, Migue Granados logró un hito en YouTube: entrevistó a Lionel Messi en su casa en Miami, con un récord de 300 mil personas en vivo. El video supera hoy las 11 millones de vistas. «Olga y Luzu están en la punta de la vanguardia del streaming, con eso de reinventar programas que por años estuvieron en la TV tradicional y que ahora, desde Argentina, vienen a popularizarse y a ser la norma como el nuevo modelo de negocio», explicó Agis.
10. El futuro: IA y realidad virtual
YouTube tiene, en el horizonte, dos grandes desafíos: cómo convive con la inteligencia artificial y cómo se adapta a los nuevos dispositivos de realidad virtual que ya desarrollaron Meta, Apple y Google, entre otros gigantes de la industria. De hecho, en 2023 se lanzaron los principios de música de IA y la Incubadora de Música de IA. Según Agis, en estos 20 años YouTube «se ha adaptado a las necesidades tecnológicas de la audiencia». «Conforme haya nuevos inventos en formas de consumir YouTube, se adaptará a nuevas superficies. Una de las primeras formas de ver YouTube en la televisión, por ejemplo, fue a través de Xbox como aplicación de la consola», recordó.
En cuanto a la inteligencia artificial, reconoció que «es un nuevo reto» pero podría «llevar a una nueva ola de canales» por las posibilidades que se abren en términos de ruptura de barreras idiomáticas: «El hecho de que los creadores puedan traducir de manera simultánea su propio contenido va a abrir las puertas a que puedan desarrollar audiencias completas en otros países».
Fuente: CORTA
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Guía Michelin: los 30 restaurantes argentinos distinguidos

Tres restaurantes argentinos se sumaron a la Guía Michelin en la segunda edición que se hizo anoche en la bodega Susana Balbo, en Mendoza. Además, todos los establecimientos que habían recibido las emblemáticas estrellas las revalidaron.
Por qué importa.
La Guía Michelin es una referencia internacional en la gastronomía y alojamientos. La estrella distingue a los locales que ofrecen las mejores experiencias culinarias y calidad de la cocina.
También importa.
Los inspectores anónimos evalúan los productos que se usan, el dominio de las técnicas culinarias y las cocciones, armonía de sabores, personalidad de la cocina en el plato y la regularidad de la calidad ofrecida.
En detalle.
El restaurante porteñoAramburu mantuvo sus dos estrellas Michelin y los establecimientos Crizia, Angélica Cocina Maestra y Riccitelli Bistró se sumaron a la lista de los 9 que recibieron una estrella.
Los tres nuevos restaurantes premiados.
- Crizia, Ciudad de Buenos Aires: está ubicado en Palermo y es reconocida por sus mariscos. La Guía Michelín destacó en su página que el chef-propietario Gabriel Oggero «pone especial cuidado en la selección de ingredientes, al contactar pequeños productores y pescadores para obtener los mejores productos de temporada».
- Angélica Cocina Maestra, Mendoza: el restaurante está dentro de la bodega Catena Zapata y bajo la dirección de Josefina Diana y Juan Manuel Feijoo. Según dice Michelin en su web, los chefs «construyen una propuesta gastronómica en constante evolución y de marcado tinte creativo a partir de los vinos de la propia finca».
- Riccitelli Bistró, Mendoza: pertenece a la bodega Matias Riccitelli Wines y el año pasado había recibido la estrella verde. «El chef Juan Ventureyra, sin renunciar nunca a los aportes proteínicos, apuesta por una cocina vegetal de proximidad que defiende el concepto ‘de la tierra a la mesa’, hablándonos con detalle del ADN mendocino y recuperando numerosas variedades endémicas», aseguraron en la web de Michelin.
Profundizá.
Estrella verde.
Hay tres nuevos entre los 10 establecimientos que obtuvieron la estrella verde, que destaca a la gastronomía que pone foco en la sustentabilidad y el compromiso con el ambiente. Se trata de Alcanfor, un bistró de Villa Crespo; Angélica Cocina Maestra, de Mendoza, y Osadía de Crear, una bodega familiar de Mendoza.
Bib Gourmand.
Tres restaurantes nuevos forman parte de la lista de los 10 que ganaron el premio Bib Gourmand, el galardón a la mejor relación calidad/precio. Los premiados de este año fueron los restaurantes porteños Ácido, Ajo Negro – Mar de Tapas y MN Santa Inés.
Recomendados.
Hubo 16 incorporaciones entre los 60 recomendados. Entre los lugares destacados, se encuentran Evelia, Horta, La Cabaña y Osaka Concepción en Buenos Aires y Assemblage, Brutal, La Vid – Bodega Norton y Los Bocheros en Mendoza.
Fuente: CORTA
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