Interés General
Última misión para encontrar al Endurance: la historia del legendario barco perdido en la Antártida hace más de 100 años
Hace poco días partió desde Sudáfrica una expedición que se propone alcanzar la historia. Su misión es llegar hasta el helado mar de Weddel y encontrar entre su casi impenetrable capa de hielo los restos del Endurance, un legendario buque hundido hace más de 100 años en la Antártida, que nunca ha podido ser encontrado.
Esta será la última de una serie de misiones fallidas para dar con la ubicación y los restos del naufragio del Endurance, una ambiciosa empresa que por su nivel de dificultad ha transformado este barco en uno de los tesoros más codiciados de los exploradores e investigadores arqueológicos marinos de todo el mundo.
La expedición se denomina Endurance22, y se hará a bordo del buque sudafricano de investigación polar Agulhas II, el cual zarpó el sábado 5 de febrero de Ciudad del Cabo con una tripulación de 65 miembros, un par de submarinos robóticos, perforadoras de hielo, un helicóptero y otros equipos especializados que esperan dar por fin con el legendario navío.
Agulhas II pretende triunfar donde otros han fracasado y no solo llegar al lugar exacto donde el barco comandado por el capitán Ernest Shackleton se hundió en 1915, sino entender mejor cómo pudo ser posible el épico viaje de supervivencia que llevó a los 28 tripulantes del Endurance de regreso a casa para contar su historia.
Explorando lo desconocido
El 8 de agosto de 1914 el Endurance comenzó su insólita travesía. El barco de Shackleton zarpó del puerto de Plymouth en sureste de Inglaterra con rumbo a Buenos Aires (Argentina), donde el resto de la tripulación subiría a bordo.
El destino final de la expedición era la Antártida, y el objetivo era ser los primeros seres humanos en atravesar a pie el continente helado, pasando incluso por una zona que hasta ese momento era totalmente desconocida para los criptógrafos.
Para ese entonces Ernest Shackleton ya era un reconocido explorador anglo irlandés, una de las figuras más prominentes en la carrera por la conquista de la Antártida, empresa que interesaba mucho a las potencias de la época, en especial a Reino Unido que para entonces era quizá la más prominente de todas.
Shackleton viajó por primera vez a la Antártida a principios del siglo pasado, como tercer oficial de la Expedición Discovery (1901-1904) liderada por el capitán Robert Falcon Scott, de la que tuvo que regresar de forma prematura por una afectación de salud.
Determinado a resarcirse, regresó al continente helado pero ahora como líder de la Expedición Nimrod, entre 1907 y 1909. Ese último año y junto con otros tres compañeros, hicieron una marcha que les llevó al punto más alto meridional jamás hollado por el hombre en la Antártida, la latitud 88° 23′ S, a unos 190 km del Polo Sur.
Esta expedición lo graduó de héroe y le valió ser condecorado como “sir” (caballero) por el rey Eduardo VII. Pero finalmente, Shackleton perdió la carrera por conquistar el Polo Sur frente a una expedición noruega liderada por Roald Amundsen, por lo que se determinó por alcanzar la siguiente gran hazaña: cruzar la Antártida de costa a costa.
El explorador logró convencer a la corona británica de su aventura transantártica. Estaba determinado a navegar por el mar de Weddell, desembarcar cerca de la bahía de Vahsel y comenzar una marcha transcontinental hacia el mar de Ross, atravesando el polo sur.
La expedición fue financiada por la Sociedad Real de Geografía británica y tras pasar por Argentina y hacer una parada en las islas de Georgia del Sur (territorio británico al sur del Océano Atlántico) partió finalmente con ese rumbo fijo el 5 de diciembre de 1914.
La resistencia del Endurance
El Endurance era un rompehielos ultramoderno para su época. Tenía 44 m de largo, 7,6 m de manga y pesaba 348 toneladas brutas. Originalmente fue nombrado como Polaris (en referencia a la Estrella del Norte) y su propósito inicial era servir de alojamiento para pequeños grupos de turistas y cazadores de ballenas en expediciones al Ártico.
Contaba con 10 cabinas de pasajeros, un espacioso salón comedor y cocina (con alojamiento para dos cocineros), una sala para fumadores, un cuarto oscuro para que los pasajeros revelaran fotografías, iluminación eléctrica e incluso un pequeño baño. Era la nave perfecta para la ambiciosa expedición.
Sin embargo, el viaje probó ser más complicado de lo planeado. La gruesa capa de hielo que cubre el mar de Weddel impuso resistencia al Endurance y su capitán consideró en más de una ocasión atracar para comenzar la expedición a pie. Pero confiaba en su barco y mantuvo el rumbo, sobre todo porque sabían que la caminata para atravesar el Polo Sur sería increíblemente difícil.
Eventualmente el hielo se hizo impenetrable y el barco quedó atrapado en él antes de poder llegar a la bahía Vahsel. Era imposible moverlo, pese a los desesperados intentos de la tripulación.
Era febrero de 1915, en pleno invierno antártico, y los 28 tripulantes del Endurance estaban a la deriva, sin otra opción que esperar a que las condiciones climáticas mejoraran.
Por 10 meses flotaron a la deriva atrapados entre hielo marino, a la merced del helado viento polar y las corrientes marinas que movían la enorme masa de hielo donde estaban incrustados.
El fotógrafo australiano Frank Hurley, quien integraba la tripulación y fue responsable de dejar registro fotográfico del periplo que pasaron los hombres al mando del capitán Shackleton, describió en su diario lo duro que fueron esos meses.
“Terrible calamidad la que azota al barco que ha sido nuestro hogar por los últimos meses… no tenemos techo y estamos a la deriva sobre el hielo marino”, escribió.
Para octubre de 1915 la presión del hielo se volvió insoportable para el Endurance, y el agua empezó a entrar al barco, obligando a la tripulación a abandonarlo y a instalar un campamento en la superficie de agua congelada que tenían a su alrededor.
Fue una experiencia aterradora, estaban completamente en medio de la nada, rodeados por hielo y sin oportunidad de escape.
A causa de los cambios de temperaturas tenían que mover las tiendas de campaña hasta dos veces por noche. Escuchaban constantemente cómo el hielo se rompía a su alrededor y también podían oír el sufrimiento del barco, que como un animal herido, gemía ante la presión del hielo que trituraba sus entrañas.
Finalmente, el 21 de noviembre de 1915, el Endurance se hundió en las aguas del mar de Weddell, exactamente en las coordenadas 68°39′30.0″ Sur y 52°26′30.0″ Oeste, que fueron anotadas por Frank Worsley, uno de los oficiales a bordo.
Han pasado 106 años desde entonces, y el legendario Endurance nunca ha sido hallado. En ese lugar, el lecho marino cubre una zona de 8×15 kilómetros, y tiene una profundidad de unos 3,5 kilómetros.
La travesía para volver a casa
El campamento duró instalado unos meses más, pues intentaron arrastrar los tres botes salvavidas del Endurance sobre el hielo hasta encontrar agua donde navegar, pero pronto se dieron cuenta de que era imposible sin dañar los que podrían ser sus únicos vehículos de escape.
Así que esperaron hasta el nuevo año. Pero en abril de 1916 y con la amenaza de un nuevo invierno cerca decidieron aprovechar el rompimiento de la capa de hielo, subirse a los botes y navegar.
Fue un viaje traumático y complejo por miles de kilómetros hasta alcanzar una pequeña isla completamente desierta llamada Isla Elefante.
En este punto cabe recordar que para la época las comunicaciones de radio eran inexistentes y nadie sabía que el grupo de 28 marinos estaba extraviado, mucho menos que habían llegado a una remota y deshabitada isla en los confines del mundo conocido.
Por eso Shackleton, consciente de que enfrentaban su muerte, decidió tomar uno de los botes y junto con otros cinco miembros de la tripulación aventurarse de nuevo al mar para tratar de llegar a un lugar donde pudieran hacer contacto y pedir un rescate.
Su objetivo era alcanzar la isla de Georgia del Sur, que quedaba a una distancia aproximada de 1.300 kilómetros de Isla Elefante, donde dejaron a los otros 22 tripulantes del Endurance. Este quedaría en la historia como uno de los más difíciles y épicos viajes en botes pequeños conocidos, en especial por atravesar uno de los mares más duros y turbulentos del mundo. Toda una hazaña capitaneada por Worsley en el pequeño barco James Caird.
Cuando llegaron a la región este de Georgia del Sur estaban exhaustos, y tuvieron que dejar a tres hombres ahí. Los otros tres Shackleton, Worsley y otro marino apellido Crean, se dispusieron a atravesar otro gran obstáculo: las desconocidas montañas de Georgia del Sur, el único camino para llegar hasta la otra parte de la isla donde sabían que había una fábrica ballenera.
En sus espaldas estaba la vida de todos los marinos que esperaban rescate en Isla Elefante, una motivación que los mantuvo concentrados en lograr su objetivo.
La historia cuenta que llegaron a la estación, y de ahí consiguieron llegar a Inglaterra para planear el rescate, el cual probó no ser una tarea fácil, como todo en esta épica expedición.
Los primeros intentos fueron fallidos, el primero encabezado por un ballenero inglés, el segundo por un barco de arrastre uruguayo y el último por una goleta a vapor muy resistente, el Yelcho, comandada por un joven capitán chileno de nombre Luis Pardo.
Pese a su juventud, Pardo era un marino experimentado y conocía muy bien la región austral. Él tuvo una idea clave, esperar a que hubiera niebla para entrar al mar. Esto era una señal de un incremento en la temperatura, lo que facilitaba a su embarcación abrirse paso por las capas de hielo.
Su plan funcionó y tras dos años de la partida del Endurance hacia lo desconocido, el Yelcho atracó el 30 de agosto de 1916 en Isla Elefante, piloteado por Pardo junto con Shackleton.
El rescate fue rapidísimo, apenas pasó una hora desde que el bote tocó tierra cuando ya estaban zarpando con todos los marinos a bordo. Pardo era astuto y se percató que la niebla se disipaba, por lo que no había tiempo que perder, cada minuto contaba si no quería que un nuevo barco y aún más marinos quedarán náufragos en las heladas aguas.
Ese último viaje también los enfrentó al peligro pues un temporal de grandes proporciones les impidió volver por la ruta que usaron inicialmente, el Canal de Beagle, y los obligó a salir por el Atlántico Sur.
Increíblemente, la historia terminó con un final feliz. Pues el rescate fue un éxito y todos los 28 marineros sobrevivieron.
Una verdadera epopeya histórica que desde entonces ha sido irrepetible.
Fuente: Infobae
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Oasis en Argentina, confirmado: todo lo que hay que saber
Oasis confirmó hoy 5 fechas en América del Sur para fines de 2025. La banda de Manchester liderada por los hermanos Liam y Noel Gallagher tocará en River el 15 y 16 de noviembre del año que viene. Las entradas saldrán a la venta el miércoles 13 de la semana que viene por allaccess.com.ar.
En contexto.
Oasis volverá a tocar en 2025 tras una separación de 15 años y en el 30° aniversario de su disco más exitoso, (What’s the Story) Morning Glory?. Sudamérica se suma desde hoy al tour «Oasis Live 2025», que ya tiene fechas confirmadas en Norteamérica, Australia Gran Bretaña e Irlanda. Será la quinta visita de la agrupación inglesa al país luego de sus recitales de 1998 en el Luna Park, de 2001 y 2006 en el Campo Argentino de Polo y de 2009 en River.
En detalle.
«Gente de la gran nación de la Argentina. Oasis viene al River Plate. Estén ahí», tuiteó la banda al anunciar la fecha. Las entradas saldrán a la venta el miércoles 13 de noviembre de este año al mediodía a través de All Access. Un día antes se abrirá una preventa para algunos fans que serán seleccionados entre quienes se inscriban entre hoy y mañana en oasisinet.com, el sitio oficial de la banda.
Además.
Oasis también anunció hoy conciertos en el Estadio Nacional de Santiago de Chile para el 19 de noviembre y en el Estadio Morumbi de San Pablo para el 22 y 23 de noviembre de 2025. Las entradas para estos shows también saldrán a la venta el mediodía del miércoles.
Fuente: CORTA
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El regreso trunco de Los Piojos: por qué se bajó uno de los fundadores de la banda
El exbajista de Los Piojos Miguel ‘Micky’ Rodríguez reveló hoy que «se enteró por las redes de que había un ‘regreso'» de la banda, remarcó que «no participó en ninguna decisión» y anunció: «No voy a ser parte».
Por qué importa.
La icónica banda de rock había anunciado el 4 de septiembre un «nuevo ritual piojoso» para el 14 y 15 de diciembre en elEstadio Único de La Plata. La reunión ocurrirá 15 años después de la última presentación que dieron el 30 de mayo de 2009 en River.
En detalle.
El cofundador del grupo manifestó su «tristeza y desilusión» a través de un posteo en Instagram en el que denunció que «usaron su nombre sin nombrarlo» y explicó: «Nunca fui informado de la creación de la cuenta ‘los piojos oficial’. Me enteré por las redes al igual que ustedes que había un ‘regreso’, si se puede llamar así. Soy uno de los fundadores de Los Piojos y no participé en ninguna decisión». Luego, Rodríguez adelantó que «cuando se reponga va a contar toda su historia del porqué de esta decisión» y ratificó: «no voy a ser parte de lo que para algunos es un regreso».
Profundizá
Declaración ampliada.
«Hoy tengo una sensación de vacío. Volver a tocar con Los Piojos es algo que soñé y busqué hace varios años. Perder esos sueños me deja una sensación de desamparo, como si una parte mía hubiera quedado atrás».
«Sin embargo en medio de esta tristeza y desilusión aparece fuerte el cariño de ustedes, el respeto de la gente del medio y colegas y el amor de los amigos y de la familia que actúa como un calmante, como una caricia al alma».
«Ya habrá tiempo para contarles mi historia. Hoy no puedo. Transité este momento como pude. Si mi silencio sonó como cómplice pido disculpas. Quise creer, quise confiar, me ilusioné al igual que todos. Usaron mi nombre sin nombrarme».
«Nunca fui informado de la creación de la cuenta ‘los piojos oficial’, una cuenta de la cual no se quien es el titular, quien maneja su contenido, nunca me consultaron que publicar, solo me etiquetaban (no se con que motivo), nunca subí, republiqué ni di like a ninguna publicación que tenga que ver con un regreso».
«Me enteré por las redes al igual que ustedes que había un ‘regreso’, si se puede llamar así. Me enteré por las redes que el lugar iba a ser La Plata, me enteré por las redes las fechas. Soy uno de los fundadores de Los Piojos y no participé en ninguna decisión. Ninguna».
«Creí y creo que tengo algún derecho. Derechos que no fueron respetados. Me sentí hostigado, maltratado, subestimado, ninguneado y no me lo merezco. Yo no me lo merezco ni nadie se lo merece».
«Hoy no puedo decir mucho más pero ya habrá tiempo. Cuando este dolor pase, cuando me reponga voy a contarles toda mi historia del porqué de esta decisión. Toda. Después cada uno sacará sus conclusiones, ya que como siempre habrá muchas historias que escuchar».
«Pero hoy necesito contarles que no voy a ser parte de lo que para algunos es un regreso. Con mucha tristeza, con inmenso dolor, pero necesito poder seguir siendo quien soy. Poder seguir mirando a mis hijas a los ojos, caminar por la calle sabiendo que no me traicioné, que no traicioné la memoria de Tavo, que no los traicione a ustedes y que no traicioné mi corazón piojoso».
«Porque más allá de todo soy Piojoso hasta que me muera, y eso es algo que nadie aunque quiera me va a poder sacar».
Fuente: CORTA
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El regreso de Los Piojos: cuándo salen las entradas para el reencuentro en La Plata
Los Piojos anunciaron hoy que las entradas para su doble fecha de regreso el 14 y 15 de diciembre en el Estadio Único de La Plata saldrán a la venta el martes 24 de septiembre por Ticketek.
Por qué importa.
La icónica banda integrada por Andrés Ciro Martínez, Tavo Kupinski, Micky Rodríguez, Sebastián Cardero y Juanchi Bisio había anunciado el 4 de septiembre un «nuevo ritual piojoso» 15 años después de la última presentación que dieron el 30 de mayo de 2009 en River. La revelación llegó luego de varias pistas enviadas por el grupo, entre ellas la publicación de su último concierto grabado en vivo y una serie de videos enigmáticos que levantaron las expectativas entre sus fanáticos. A su vez, Ciro había deslizado en uno de sus recientes shows como solista en Movistar Arenea que «pronto habría señales», para luego tocar un tema de Los Piojos.
El anuncio.
El conjunto surgido en la localidad bonaerense de Ciudad Jardín en 1988 confirmó esta mañana con una publicación en sus redes la fecha de lanzamiento de las entradas para su esperado reencuentro en el Estadio Único de La Plata el 14 y 15 de diciembre. Aún no se conoce la hora a la que abre la venta ni el precio de los tickets.
Fuente: CORTA
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