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El último mensaje del papa Francisco: qué dijo antes de morir

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Horas antes de su muerte, el papa Francisco dejó definiciones religiosas y políticas. En el marco de la misa por la celebración de Pascuas, saludó a los fieles en la plaza de San Pedro y le cedió la palabra al cardenal Angelo Comastri, que leyó su mensaje denominado urbi et orbi (traducido como «a la ciudad de Roma y al mundo entero», una forma de indicar que lo dicho por él se extiende a todo el mundo). «Nuestra existencia no está hecha para la muerte, sino para la vida», escribió al compartir el mensaje en la cuenta papal en X, que ahora pasó a modo «vacante».

Por qué importa. 

El texto, leído por Comastri, es hasta ahora el último escrito conocido de Francisco antes de morir. Fue un mensaje contra la violencia y la guerra, especialmente en Medio Oriente, y a favor del desarme y del derecho de los migrantes.

Qué escribió en X.

 «¡Cristo ha resucitado! En este anuncio está contenido todo el sentido de nuestra existencia, que no está hecha para la muerte sino para la vida», posteó junto al link con su mensaje completo. Antes, escribió que «en la pasión y muerte de Jesús, Dios ha cargado sobre sí todo el mal del mundo y con su infinita misericordia lo ha vencido; ha eliminado el orgullo diabólico que envenena el corazón del hombre y siembra por doquier violencia y corrupción» y subrayó: «Quisiera que volviéramos a esperar en que la paz es posible».

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Urbi et orbi: las claves.

En su mensaje principal, el papa mencionó los conflictos entre Palestina e Israel, las tensiones en Líbano y en Siria, la crisis humanitaria en Yemen, la guerra en Ucrania, el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, las disputas territoriales en los Balcanes occidentales y la violencia en la República Democrática del Congo, Sudán y Sudán del Sur, el Cuerno de África y la Región de los Grandes Lagos.

Sus principales definiciones:

  • ¡Cristo ha resucitado! En este anuncio está contenido todo el sentido de nuestra existencia, que no está hecha para la muerte sino para la vida. ¡La Pascua es la fiesta de la vida! ¡Dios nos ha creado para la vida y quiere que la humanidad resucite! A sus ojos toda vida es preciosa, tanto la del niño en el vientre de su madre, como la del anciano o la del enfermo, considerados en un número creciente de países como personas a descartar.
  • Cuánta voluntad de muerte vemos cada día en los numerosos conflictos que afectan a diferentes partes del mundo. Cuánta violencia percibimos a menudo también en las familias, contra las mujeres o los niños. Cuánto desprecio se tiene a veces hacia los más débiles, los marginados y los migrantes.
  • Quisiera que volviéramos a esperar y a confiar en los demás —incluso en quien no nos es cercano o proviene de tierras lejanas, con costumbres, estilos de vida, ideas y hábitos diferentes de los que a nosotros nos resultan más familiares—; pues todos somos hijos de Dios.
  • Quisiera que volviéramos a esperar en que la paz es posible. 
  • Allí donde no hay libertad religiosa o libertad de pensamiento y de palabra, ni respeto de las opiniones ajenas, la paz no es posible.
  • La paz tampoco es posible sin un verdadero desarme. La exigencia que cada pueblo tiene de proveer a su propia defensa no puede transformarse en una carrera general al rearme.
  • Hago un llamamiento a cuantos tienen responsabilidades políticas a no ceder a la lógica del miedo que aísla, sino a usar los recursos disponibles para ayudar a los necesitados, combatir el hambre y promover iniciativas que impulsen el desarrollo. Estas son las «armas» de la paz: las que construyen el futuro, en lugar de sembrar muerte.
  • Que nunca se debilite el principio de humanidad como eje de nuestro actuar cotidiano. Ante la crueldad de los conflictos que afectan a civiles desarmados, atacando escuelas, hospitales y operadores humanitarios, no podemos permitirnos olvidar que lo que está en la mira no es un mero objetivo, sino personas con un alma y una dignidad.

Homilía.

En el marco de la misa, el cardenal Comastri también leyó la homilía de Francisco, en la que convocó a buscar a Cristo «en otra parte». «No se le puede encerrar en una bonita historia que contar, no se le puede reducir a un héroe del pasado ni pensar en Él como una estatua colocada en la sala de un museo», dijo, y llamó a buscarlo «en lo cotidiano, buscarlo en todas partes». «Habita entre nosotros, se esconde y se revela también hoy en las hermanas y los hermanos que encontramos en el camino, en las situaciones más anónimas e imprevisibles de nuestra vida», señaló.

Mensaje Urbi et Orbi completo

Cristo ha resucitado, ¡aleluya!
Hermanos y hermanas, ¡feliz Pascua!
Hoy en la Iglesia resuena finalmente el aleluya, se transmite de boca en boca, de corazón a corazón, y su canto hace llorar de alegría al pueblo de Dios en todo el mundo.
Desde el sepulcro vacío de Jerusalén llega hasta nosotros el sorprendente anuncio: Jesús, el Crucificado, «no está aquí, ha resucitado» (Lc 24,6). No está en la tumba, ¡es el viviente!
El amor venció al odio. La luz venció a las tinieblas. La verdad venció a la mentira. El perdón venció a la venganza. El mal no ha desaparecido de nuestra historia, permanecerá hasta el final, pero ya no tiene dominio, ya no tiene poder sobre quien acoge la gracia de este día.
Hermanas y hermanos, especialmente ustedes que están sufriendo el dolor y la angustia, sus gritos silenciosos han sido escuchados, sus lágrimas han sido recogidas, ¡ni una sola se ha perdido! En la pasión y muerte de Jesús, Dios ha cargado sobre sí todo el mal del mundo y con su infinita misericordia lo ha vencido; ha eliminado el orgullo diabólico que envenena el corazón del hombre y siembra por doquier violencia y corrupción. ¡El Cordero de Dios ha vencido! Por eso hoy exclamamos: «¡Cristo, mi esperanza, ha resucitado!» (Secuencia pascual).
Sí, la resurrección de Jesús es el fundamento de la esperanza; a partir de este acontecimiento, esperar ya no es una ilusión. No; gracias a Cristo crucificado y resucitado, la esperanza no defrauda. ¡Spes non confundit (cf. Rm 5,5)! Y no es una esperanza evasiva, sino comprometida; no es alienante, sino que nos responsabiliza.
Los que esperan en Dios ponen sus frágiles manos en su mano grande y fuerte, se dejan levantar y comienzan a caminar; junto con Jesús resucitado se convierten en peregrinos de esperanza, testigos de la victoria del Amor, de la potencia desarmada de la Vida.
¡Cristo ha resucitado! En este anuncio está contenido todo el sentido de nuestra existencia, que no está hecha para la muerte sino para la vida. ¡La Pascua es la fiesta de la vida! ¡Dios nos ha creado para la vida y quiere que la humanidad resucite! A sus ojos toda vida es preciosa, tanto la del niño en el vientre de su madre, como la del anciano o la del enfermo, considerados en un número creciente de países como personas a descartar.
Cuánta voluntad de muerte vemos cada día en los numerosos conflictos que afectan a diferentes partes del mundo. Cuánta violencia percibimos a menudo también en las familias, contra las mujeres o los niños. Cuánto desprecio se tiene a veces hacia los más débiles, los marginados y los migrantes.
En este día, quisiera que volviéramos a esperar y a confiar en los demás —incluso en quien no nos es cercano o proviene de tierras lejanas, con costumbres, estilos de vida, ideas y hábitos diferentes de los que a nosotros nos resultan más familiares—; pues todos somos hijos de Dios.
Quisiera que volviéramos a esperar en que la paz es posible. Que desde el Santo Sepulcro —Iglesia de la Resurrección—, donde este año la Pascua será celebrada el mismo día por los católicos y los ortodoxos, se irradie la luz de la paz sobre toda Tierra Santa y sobre el mundo entero. Me siento cercano al sufrimiento de los cristianos en Palestina y en Israel, así como a todo el pueblo israelí y a todo el pueblo palestino. Es preocupante el creciente clima de antisemitismo que se está difundiendo por todo el mundo. Al mismo tiempo, mi pensamiento se dirige a la población y, de modo particular, a la comunidad cristiana de Gaza, donde el terrible conflicto sigue llevando muerte y destrucción, y provocando una dramática e indigna crisis humanitaria. Apelo a las partes beligerantes: que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se preste ayuda a la gente, que tiene hambre y que aspira a un futuro de paz.
Recemos por las comunidades cristianas del Líbano y de Siria —este último país está afrontando un momento delicado de su historia—, que ansían la estabilidad y la participación en el destino de sus respectivas naciones. Exhorto a toda la Iglesia a acompañar con atención y con la oración a los cristianos del amado Oriente Medio.
Dirijo también un recuerdo especial al pueblo de Yemen, que está viviendo una de las peores crisis humanitarias «prolongadas» del mundo a causa de la guerra, e invito a todos a buscar soluciones por medio de un diálogo constructivo.
Que Cristo resucitado infunda el don pascual de la paz a la martirizada Ucrania y anime a todos los actores implicados a proseguir los esfuerzos dirigidos a alcanzar una paz justa y duradera.
En este día de fiesta pensemos en el Cáucaso Meridional y recemos para que se llegue pronto a la firma y a la actuación de un Acuerdo de paz definitivo entre Armenia y Azerbaiyán, que conduzca a la tan deseada reconciliación en la región.
Que la luz de la Pascua inspire propósitos de concordia en los Balcanes occidentales y sostenga a los actores políticos en el esfuerzo por evitar que se agudicen las tensiones y las crisis, como también a los aliados de la región en rechazar comportamientos peligrosos y desestabilizantes.
Que Cristo resucitado, nuestra esperanza, conceda paz y consuelo a los pueblos africanos víctimas de agresiones y conflictos, sobre todo en la República Democrática del Congo, en Sudán y Sudán del Sur, y sostenga a cuantos sufren a causa de las tensiones en el Sahel, en el Cuerno de África y en la Región de los Grandes Lagos, como también a los cristianos que en muchos lugares no pueden profesar libremente su fe.
Allí donde no hay libertad religiosa o libertad de pensamiento y de palabra, ni respeto de las opiniones ajenas, la paz no es posible.
La paz tampoco es posible sin un verdadero desarme. La exigencia que cada pueblo tiene de proveer a su propia defensa no puede transformarse en una carrera general al rearme. La luz de la Pascua nos invita a derribar las barreras que crean división y están cargadas de consecuencias políticas y económicas. Nos invita a hacernos cargo los unos de los otros, a acrecentar la solidaridad recíproca, a esforzarnos por favorecer el desarrollo integral de cada persona humana.
Que en este tiempo no falte nuestra ayuda al pueblo birmano, atormentado desde hace años por conflictos armados, que afronta con valentía y paciencia las consecuencias del devastador terremoto en Sagaing, que ha causado la muerte de miles de personas y es motivo de sufrimiento para muchos sobrevivientes, entre los que se encuentran huérfanos y ancianos. Recemos por las víctimas y por sus seres queridos, y agradezcamos de corazón a todos los generosos voluntarios que están realizando actividades de socorro. El anuncio del alto el fuego por parte de los actores implicados en ese país es un signo de esperanza para todo Myanmar.
Hago un llamamiento a cuantos tienen responsabilidades políticas a no ceder a la lógica del miedo que aísla, sino a usar los recursos disponibles para ayudar a los necesitados, combatir el hambre y promover iniciativas que impulsen el desarrollo. Estas son las «armas» de la paz: las que construyen el futuro, en lugar de sembrar muerte.
Que nunca se debilite el principio de humanidad como eje de nuestro actuar cotidiano. Ante la crueldad de los conflictos que afectan a civiles desarmados, atacando escuelas, hospitales y operadores humanitarios, no podemos permitirnos olvidar que lo que está en la mira no es un mero objetivo, sino personas con un alma y una dignidad.
Y que en este Año jubilar, la Pascua sea también ocasión propicia para liberar a los prisioneros de guerra y a los presos políticos.
Queridos hermanos y hermanas:
En la Pascua del Señor, la muerte y la vida se han enfrentado en un prodigioso duelo, pero el Señor vive para siempre (cf. Secuencia pascual) y nos infunde la certeza de que también nosotros estamos llamados a participar en la vida que no conoce el ocaso, donde ya no se oirán el estruendo de las armas ni los ecos de la muerte. Encomendémonos a Él, porque sólo Él puede hacer nuevas todas las cosas (cf. Ap 21,5).
¡Feliz Pascua a todos! 

Homilía completa

María Magdalena, al ver que la piedra del sepulcro había sido retirada, salió corriendo para avisárselo a Pedro y a Juan. También los dos discípulos, al recibir la desconcertante noticia, salieron y —dice el Evangelio— «corrían los dos juntos» (Jn 20,4). ¡Todos los protagonistas de los relatos pascuales corren! Y este «correr» expresa, por un lado, la preocupación de que se hubieran llevado el cuerpo del Señor; pero, por otro lado, la carrera de la Magdalena, de Pedro y de Juan manifiesta el deseo, el impulso del corazón, la actitud interior de quien se pone en búsqueda de Jesús. Él, de hecho, ha resucitado de entre los muertos y, por eso, ya no está en el sepulcro.Hay que buscarlo en otra parte.
Este es el anuncio de la Pascua: hay que buscarlo en otra parte. ¡Cristo ha resucitado, está vivo! La muerte no lo ha podido retener, ya no está envuelto en el sudario, y por tanto no se le puede encerrar en una bonita historia que contar, no se le puede reducir a un héroe del pasado ni pensar en Él como una estatua colocada en la sala de un museo. Al contrario, hay que buscarlo, y por esono podemos quedarnos inmóviles. Debemos ponernos en movimiento, salir a buscarlo: buscarlo en la vida, buscarlo en el rostro de los hermanos, buscarlo en lo cotidiano, buscarlo en todas partes menos en aquel sepulcro.
Buscarlo siempre. Porque si ha resucitado de entre los muertos, entonces Él está presente en todas partes, habita entre nosotros, se esconde y se revela también hoy en las hermanas y los hermanos que encontramos en el camino, en las situaciones más anónimas e imprevisibles de nuestra vida. Él está vivo y permanece siempre con nosotros, llorando las lágrimas de quien sufre y multiplicando la belleza de la vida en los pequeños gestos de amor de cada uno de nosotros.
Por eso la fe pascual, que nos abre al encuentro con el Señor Resucitado y nos dispone a acogerlo en nuestra vida, está lejos de ser una solución estática o un instalarse tranquilamente en alguna seguridad religiosa. Por el contrario, la Pascua nos impulsa al movimiento, nos empuja a correr como María Magdalena y como los discípulos; nos invita a tener ojos capaces de «ver más allá», para descubrir a Jesús, el Viviente, como el Dios que se revela y que también hoy se hace presente, nos habla, nos precede y nos sorprende. Como María Magdalena, cada día podemos sentir que hemos perdido al Señor, pero cada día podemos correr a buscarlo de nuevo, sabiendo con seguridad que Él se deja encontrar y nos ilumina con la luz de su resurrección.
Hermanos y hermanas, esta es la esperanza más grande de nuestra vida: podemos vivir esta existencia pobre, frágil y herida, aferrados a Cristo, porque Él ha vencido a la muerte, vence nuestras oscuridades y vencerá las tinieblas del mundo, para hacernos vivir con Él en la alegría, para siempre. Hacia esa meta, como dice el apóstol Pablo, también nosotros corremos, olvidando lo que se queda a nuestras espaldas y proyectándonos hacia lo que está por delante (cf. Flp 3,12-14). Apresurémonos, pues, a salir al encuentro de Cristo, con el paso ágil de la Magdalena, de Pedro y de Juan.
El Jubileo nos llama a renovar en nosotros el don de esta esperanza, a sumergir en ella nuestros sufrimientos e inquietudes, a contagiar con ella a quienes encontramos en el camino, a confiarle a esta esperanza el futuro de nuestra vida y el destino de la humanidad. Y por eso no podemos aparcar el corazón en las ilusiones de este mundo ni encerrarlo en la tristeza; debemos correr, llenos de alegría. Corramos al encuentro de Jesús, redescubramos la gracia inestimable de ser sus amigos. Dejemos que su Palabra de vida y de verdad ilumine nuestro camino. Como dijo el gran teólogo Henri de Lubac, «debe bastarnos con comprender esto: el cristianismo es Cristo. No es, en verdad, otra cosa. En Jesucristo lo tenemos todo» (Las responsabilidades doctrinales de los católicos en el mundo de hoy, Madrid 2022, 254).
Y este «todo», que es Cristo resucitado, abre nuestra vida a la esperanza. Él está vivo, Él quiere renovar también hoy nuestra vida. A Él, vencedor del pecado y de la muerte, le queremos decir:
«Señor, en la fiesta que hoy celebramos te pedimos este don: que también nosotros seamos nuevos para vivir esta perenne novedad. Límpianos, oh Dios, del polvo triste de la costumbre, del cansancio y del desencanto; danos la alegría de despertarnos, cada mañana, con ojos asombrados, al ver los colores inéditos de ese amanecer, único y distinto a todos los demás. […] Todo es nuevo, Señor, y nada se repite, nada es viejo.» (cf. A. Zarri, Quasi una preghiera).
Hermanas, hermanos, en el asombro de la fe pascual, llevando en el corazón toda esperanza de paz y de liberación, podemos decir: contigo, Señor, todo es nuevo. Contigo, todo comienza de nuevo.




Fuente: CORTA

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Jubilados: aumento de 7,2% y suba del bono aprobado en Diputados

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Con 142 votos afirmativos, 67 negativos y 19 abstenciones, la Cámara de Diputados aprobó hoy el aumento de las jubilaciones, el proyecto de ley que presentó la oposición.  

En detalle. 

Hoy la Cámara de Diputados aprobó un incremento excepcional y de emergencia, equivalente al 7,2%, para las jubilaciones y pensiones abonadas por la Administración Nacional de la Seguridad Social -ANSES- y un incremento del bono extraordinario, que se elevaría a $110.000. Además del Plan de Pago de Deuda Previsional y ley 27.260, de Reparación Histórica para Jubilados y Pensionados para restablecer la moratoria jubilatoria. 

Qué se viene. 

Resta que el proyecto de ley sea tratado en la Cámara de Senadores para la aprobación o el rechazo del incremento. Sin embargo, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, advirtió hoy en TN que el Gobierno vetará los proyectos sobre la reforma previsional con los que no esté de acuerdo y adelantó: «Ninguna ley que salga del Congreso para el Poder Ejecutivo puede generar un impacto fiscal que haga perder el equilibrio».




Fuente: CORTA

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Jubilados, discapacidad y Garrahan: los tres debates clave en Diputados

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La oposición buscará debatir hoy en la Cámara de Diputados los proyectos sobre jubilaciones, emergencia en discapacidad y el conflicto en el Hospital Garrahan

En detalle. 

A pedido de diputados opositores y dialoguistas, en caso de conseguir quorum, la Cámara Baja debatirá: 

  • Un incremento excepcional y de emergencia, equivalente al 7,2%, para las jubilaciones pensiones abonadas por la Administración Nacional de la Seguridad Social -ANSES- y un aumento del bono extraordinario.
  • El Plan de Pago de Deuda Previsional y ley 27.260, de Reparación Histórica para Jubilados y Pensionados para restablecer la moratoria jubilatoria. 
  • La emergencia en discapacidad en todo el territorio nacional hasta el 31 de diciembre de 2027 inclusive. El proyecto le exige al Ejecutivo disponer el financiamiento adecuado de las Pensiones No Contributivas por Discapacidad, fortalecer a los prestadores de salud, disponer el financiamiento adecuado y sostenible del funcionamiento de la Agencia Nacional de Discapacidad y de los programas de atención médica, entre otras cuestiones.
  • La declaración de zona de desastre y emergencia ambiental, económica, social y productiva en los distritos
    de la provincia de Buenos Aires afectados a raíz de las inundaciones de mayo.

Además.

La comisión de Salud de Diputados, encabezada por el diputado de Unión por la Patria Pablo Yedlin, dictaminó ayer a favor de seis proyectos que buscan declarar la Emergencia Pediátrica y de Residencias Nacionales ante el conflicto que atraviesa el Hospital Garrahan. En la sesión de hoy se pedirá que se ordene el tratamiento a las comisiones de Presupuesto y Hacienda y Familia.  

La respuesta del Gobierno. 

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, advirtió este lunes en Radio Rivadavia que el Gobierno vetará los proyectos sobre la reforma previsional con los que no esté de acuerdo y adelantó: «Si no hay recursos no se va a poder aprobar». 

En contexto. 

Jubilados, agrupaciones feministas y trabajadores del Hospital Garrahan marcharán hoy desde las 16 frente al Congreso de la Nación bajo la consigna «contra el ajuste y la crueldad». La convocatoria también está integrada por trabajadores del Conicet, el INTI y de universidades públicas, organizaciones que defienden los derechos de las personas con discapacidad y trabajadores estatales despedidos, entre otros. 




Fuente: CORTA

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Emergencia en discapacidad: el proyecto, las auditorías del Gobierno y la actualidad en las pensiones

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La Cámara de Diputados debate hoy un proyecto que declara la emergencia en discapacidad en todo el país hasta el 31 de diciembre de 2027. 

Por qué importa. 

El Foro Permanente para la Promoción y la Defensa de los Derechos de las Personas con Discapacidad advirtió en un comunicado que el área de discapacidad atraviesa la revisión en curso de las pensiones no contributivas que «podría dejar a muchas personas sin acceso a derechos esenciales como la educación, la salud, la rehabilitación, el transporte». 

En detalle. 

El proyecto de ley propone que el Ejecutivo se encargue de: 

  •  El financiamiento adecuado de las Pensiones No Contributivas por Discapacidad para Protección Social.
  • Fortalecer a los prestadores de atención integral a favor de las personas con discapacidad e implementar la actualización mensual del valor de los aranceles del Sistema de Prestaciones Básicas de Atención Integral.
  • Disponer el financiamiento adecuado y sostenible del funcionamiento de la Agencia Nacional de Discapacidad y de los programas de atención médica.
  • Actualizar la asignación mensual estímulo de acuerdo al equivalente del porcentaje del Salario Mínimo Vital y Móvil vigente dispuesto. 
  • Disponer mecanismos institucionales de diálogo y consultas estrechas con las personas con discapacidad, a través de las organizaciones que las representan, y con los prestadores de servicios a su favor.

En contexto. 

  • $283.000 por mes es lo que reciben las personas que acceden a las Pensiones No Contributivas por Discapacidad y al bono.
  • El 87%de las personas con Certificado Único de Discapacidad no tiene trabajo, según el último informe estadístico realizado por ANDIS en 2022. 
  • Según el Censo 2022 publicados por el INDEC en febrero de 2023, las personas con el Registro Nacional de Personas con Discapacidad a nivel nacional representan al 3,46% de los argentinos y, según REDI, 5 millones de personas viven con discapacidad en el país, lo que representan el 11% de la población.
  • En diciembre de 2023 se abonaron 1.222.554 pensiones y en marzo de 2025 fue de 1.187.136, según el último informe de Jefatura de Gabinete al Congreso. 
  • El Gobierno anunció en febrero que auditará 1.013.400 casos de Pensiones No Contributivas




Fuente: CORTA

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